En los casos de infertilidad, mediante técnicas endoscopias, es decir introduciendo una micro cámara de 3 milímetros en el interior del útero, podemos ver si existe algún tipo de patología que dificulte o impida el embarazo o que en caso de lograrlo pueda aumentar las posibilidades de que se produzca un aborto. En caso de que se confirme la existencia de algún problema con la misma técnica podemos en la mayoría de los casos realizar la cirugía correctora para solucionarlo inmediatamente y en muchas ocasiones en el mismo acto.
Es una técnica prácticamente indolora que podemos realizar sin anestesia en la mayoría de los casos.
La realización de estas pruebas es recomendable en las parejas que llevan un tiempo (más de 6 meses) intentando conseguir un embarazo y no lo logran.
Las parejas que desean someterse a un tratamiento de fertilidad (FIV), deberían realizar siempre un estudio previo, realizado por un experto en histeroscopia, para saber si existe alguna causa en el útero que pueda impedir la implantación.
Realizar esta prueba previa evita muchos disgustos y ahorra dinero y un tiempo que en ocasiones puede ser determinante.
Se deben priorizar los métodos diagnósticos menos invasivos, como la histeroscopia, que pueden detectar las causas más comunes de la infertilidad con el mínimo riesgo y casi sin molestias.
Las principales indicaciones diagnósticas de la histeroscopia son: la esterilidad de origen desconocido y fallos en la implantación, el aborto recurrente, la sospecha de patología uterina endocavitaria, la retirada de DIU retenido o el estudio previo a la Fecundación In Vitro (FIV), entre otras.
La utilidad de esta técnica no se limita solo al diagnóstico, ya que los avances ha permitido el desarrollo de histeroscopios de calibre muy pequeño, que nos posibilitan la cirugía mínimamente invasiva de las citadas patologías de forma ambulatoria y sin anestesia.
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